LOS ÚLTIMOS DÍAS DE BOABDIL EN LA ALHAMBRA

Boabdil el Chico [Muhammad XI]
Nacido en Granada en 1464, murió en la batalla del Vado de Bacuza, Marruecos, en 1527.
Último emir musulmán del reino nazarí de Granada (1482-1492). Hijo de ‘Abú-l-Hasán (Muley Hacén) y Aixa Fátima. En 1482 se sublevó contra él en Guadix y lo destronó con la ayuda de la familia de los Abencerrajes. Sin embargo, al año siguiente cayó prisionero de los Reyes Católicos durante su ataque a Lucena, situación que aprovechó Muley Hacén para recuperar el trono granadino, apoyado por su hermano Muhammad ibn Sa’d al-Zagal, Señor de Málaga.

Para fomentar la discordia entre los musulmanes, los Reyes Católicos liberaron a Boabdil a cambio de un pacto de vasallaje (pacto de Córdoba, 1483). Durante la guerra civil que se desarrolló entre 1483 y 1487, Boabdil estableció su corte entre Guadix y Almería, pero tuvo que abandonar el territorio nazarí y buscar la protección de los Reyes Católicos ante la presión de El Zagal.

En 1487, la muerte de su padre y la derrota de su tío ante los cristianos en Vélez-Málaga le permitieron tomar la Alhambra y convertirse en único señor de Granada. Sin embargo, la debilidad musulmana fue aprovechada por los castellanos para avanzar sobre el reino nazarí, conquistando Málaga y Marbella (1487), Almería y Guadix (1489) y Baza (1490).

En 1491, los cristianos pusieron sitio a Granada y bloquearon su vía de comunicación por el río Genil al construir la fortaleza de Santa Fe. Sin ayuda del norte de África, el emir de Granada se vio obligado a firmar los acuerdos de capitulación de Santa Fe (25 de abril de 1491) y los últimos del 25 de noviembre. Finalmente entregó la ciudad el 2 de enero de 1492. Confinado inicialmente en Laujar de Andarax, en las Alpujarras, en 1493 se exilió a Fez, donde encontró la muerte luchando contra los jarifíes en la batalla librada en el Vado de Bacuza (1527).


LA CLAVE DE SU REINADO: LA DERROTA EN LA BATALLA DE LUCENA

Espoleado por la rivalidad con su tío El Zagal, victorioso en la batalla de la Axarquía contra las tropas cristianas, Boabdil decide organizar un ataque por sorpresa a la ciudad de Lucena (1483), que conocía desabastecida y mal defendida. Sin embargo, su asalto fracasa por estar advertidos los atacados e iniciar estos las maniobras de contraataque a campo abierto ante la sorpresa de las tropas nazaríes, que se desorganizan e inician una huida a la desbandada.

El resultado fue un completo fracaso para el ejército nazarí, que no solo salió derrotado, sino que su propio rey quedó preso de las tropas castellanas. A consecuencia de la derrota, Boabdil tuvo que firmar un pacto o capitulación muy deshonroso para lograr su libertad, además de pagar un oneroso tributo anual y comprometerse en una alianza contra su tío el Zagal y su propio padre. Tal pacto pondrá a Boabdil a los pies de los Reyes Católicos durante todo su accidentado reinado y verá comprometida su independencia ante el largo brazo y la astucia de Fernando el Católico, muñidor de la estrategia del divide y vencerás.


LAS CONSECUENCIAS DE LA CAPITULACIÓN DE LUCENA

El pacto firmado que acordó la liberación de Boabdil reconocía la situación existente entre Castilla y Granada desde el siglo XIII con los acuerdos de Fernando III y Alhamar, fundador del reino nazarí. Los tres puntos principales eran:

  • Reconocimiento de Boabdil como emir del territorio en su poder, en situación de vasallaje respecto a Castilla.
  • Compromiso de pagar un tributo anual de 12.000 doblas.
  • Persistencia en la guerra frente a su padre (de hecho, contra El Zagal, quien realmente controlaba la situación).

A su regreso de la cautividad, Boabdil no encontró entre los granadinos el apoyo esperado, y se hizo patente su desprestigio. Se instaló en Guadix, que sería su capital durante dos años, y pretendió ganarse adeptos entre quienes estaban cansados de la actividad bélica, sirviéndose como propaganda de considerarse el “único capaz de asegurar una paz honorable” con Castilla.

No obstante, muchos musulmanes granadinos consideraban los acuerdos vergonzosos, incluso traición al reino, como señaló su padre mediante una fatua de los imanes pidiendo la cabeza de Boabdil.


EL ALBAICÍN: SOSTÉN DE BOABDIL

La fidelidad de los habitantes del Albaicín hacia Boabdil se manifestó en septiembre de 1486, cuando fue acogido en dicho barrio y reconocido nuevamente como emir, resistiendo gracias a la ayuda militar de los alcaides cristianos de Íllora, el Gran Capitán y Moclín, Martín de Alarcón.

En 1487, tras el fracaso de El Zagal en socorrer el asedio de Vélez-Málaga, Boabdil se reinstaló en la Alhambra. La conquista de Málaga obligó a El Zagal a recluirse en Almería, permitiendo a Boabdil negociar un acuerdo con los Reyes Católicos que le entregaba Granada a cambio de recibir el señorío sobre Guadix, el Cenete, Baza, los Vélez, Purchena, Vera, Mojácar, comarca del Andarax y otros territorios no costeros.

En 1488, el territorio bajo su control se reducía prácticamente a Granada y su entorno; el resto estaba bajo dominio cristiano o del Zagal, que pronto sucumbió ante los castellanos.


LA REBELIÓN INÚTIL Y A DESTIEMPO

A partir de la primavera de 1490, Boabdil emprendió expediciones ofensivas para recuperar territorios perdidos y provocar un levantamiento de los musulmanes granadinos, ya súbditos de los Reyes Católicos, el levantamiento de los mudéjares. Sin embargo, estas acciones fueron efímeras, provocando agotamiento de sus recursos y aumentando la presión del ejército cristiano.


LAS CAPITULACIONES DE SANTA FÉ

El documento permitía a los granadinos emigrar libremente al otro lado del mar durante tres años, pudiendo enajenar propiedades o permanecer en sus tierras con franquicias fiscales. Se garantizaba la aplicación del derecho islámico en conflictos internos, con jueces mixtos en caso de litigio con cristianos. Se nombró un “concejo” musulmán con 21 regidores para mantener la vida colectiva.

La mayoría de los sectores más elevados emigraron, desarticulando la sociedad musulmana. Boabdil, con gran alivio de los Reyes Católicos, marchó en octubre de 1493 a Marruecos con más de seis mil seguidores.


LOS ÚLTIMOS DÍAS DE BOABDIL EN LA ALHAMBRA

La despedida de Boabdil fue un momento de gran dolor y tristeza. Tuvo que organizar el traslado de:

  • Los restos de sus antepasados, con dificultades doctrinales y logísticas.
  • La documentación de las secretarías y cancillerías.
  • El tesoro real y patrimonio, vendidos parcialmente a los Reyes Católicos.

Su esposa Moraima estaba enferma y la madre, Aixa, sufrió el revés moral de la pérdida del reino, aunque ambos realizaron el viaje con discreción. Además, los Reyes Católicos retuvieron rehenes jóvenes de la nobleza nazarí como garantía del cumplimiento de la capitulación.